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viernes, 14 de enero de 2011

Artículo nº 22. El jugador número 23.

En el futbol se habla de once contra once frecuentemente, también se habla del jugador número 12, personalizando en ese número a todos los aficionados de un equipo.


Quien podía ser entonces el jugador número 23, pues el otro que queda en el campo corriendo además de los 11 de cada equipo, el árbitro, un modelo de conformidad y resignación, le dijeron que él no podía tocar el balón y aunque tenga la mejor oportunidad del partido, él no puede rematar, ni cuando pase el balón por su lado, tampoco puede dar el pase del partido, una verdadera frustración tiene que sentir.


Pero aunque no toca el balón es fundamental en el partido, por eso siempre se pregunta ¿Quién es el árbitro?


Es el único de los que corre por el campo que no va a sufrir patadas de los demás, pero en algunas ocasiones las sufren de los que están fuera del campo, aunque por  suerte la mayoría de las veces son patadas dialécticas, pero también duelen, las físicas desgraciadamente a veces también las sufren.


A punto estuvo de pasarle a mi padre, que en su juventud fue arbitro de regional y se le ocurrió pitar un penalti en el último minuto contra el equipo local, cuando estaban empatados, después de que se marco el gol, pito el final del partido y empezó a correr alejándose lo más posible del campo, de manera que todavía le están buscando.


Todos recordaremos estrellas del arbitraje , árbitros que casi brillaban más que todos los jugadores , en España destaco Guruceta en los años 70 y en Europa más recientemente Pier Luigi Collina que paseaba su reluciente calva por todos los estadios europeos.


También hay otro arbitro en mi recuerdo que nunca vi vestido de corto, el árbitro de la moviola, Ortiz de Mendivil, que hacia ir para atrás y para adelante una y otra vez a los jugadores en la pantalla de televisión los lunes para ver si el domingo habían hecho penalti.


Algo así tenían, en el mundo tecnológico en el que vivimos, que tener los árbitros para poder acertar en sus decisiones, si ya llevan el pinganillo como si fuesen Madonna o Michael Jackson porque no pueden revisar la imagen para no cometer errores, al final tendrá que ocurrir y el cuarto árbitro que ahora está preocupado de que los entrenadores no se metan al campo y de enseñar el cartelito con los cambios tendrá que ser el árbitro de la moviola.


Igual que ha evolucionado la moda, los más mayores recordamos aquellos árbitros de riguroso negro que parecían los Don Cicutas del partido, ahora visten con alegres y variados colores y en muchas ocasiones, es alguno de los dos equipos el que va de negro recordando a los antiguos árbitros.


En el partido, a ningún jugador le gusta  que el árbitro se fije en él y le dé su tarjeta de visita porque ni las amarillas y menos las rojas traen buenas noticias.


Sirvan estas reflexiones para dar ánimo y reconocimiento a los árbitros sin ellos no existiría el futbol, les tenemos que agradecer su vocación y su resignación a no tocar el balón.

Si has leido este artículo seras aficiinado al futbol, en cualquier caso lee como viví la final de la Copa del Rey del 2010 en Barcelona en Una de Asterix en el Nou Camp.
http://miscircuitosdeslot.blogspot.com/2011/01/una-de-asterix-en-el-nou-camp.html

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